martes, 16 de febrero de 2010

Nazarenito

Precio: 4€


Se abren balcones y se ambientan los rincones más hogareños de Sevilla. El frescor de las plazuelas se confunde con el inspirado aroma de un azahar recién florecido, y la platea barroca de sus calles, es ahora el escenario de la Pasión hecha Pasión.

Así eso, Sevilla se convierte desde esta semana en el centro de la fervorosa Estación de la Muerte de Cristo, y sus vaivenes se caldean con la locura expresa de sus habitantes. Sevilla se viste de morada, color Cuaresmal, pero también de azul de Hiniesta, rojo de Lanzada, rosa de La O, verde Esperanza, ruán de Gran Poder, blanco de La Paz, etc. Todo es una mixitud de colores que engalanan el plato de bacalao con tomate y suscitan poemas de Pregón.


Semana Santa en Sevilla. Son eternas coincidencias que hacen que imaginemos el más incandescente de los fuegos para abrir finalmente el armario de todo un año y sacar nuestros hábitos nazarenos. Con capirote, sin él, con esparto, con cíngulo, con sandalias, con castellanos, con hebilla, con escapulario, con capa, con cola… todo es un abrir y cerrar, no de ojos, sino de corazones latientes y en espera que nos llevan a la sinfonía más elegante de todas: Virgen del Valle, Amargura, Rocío, Mater Mea,…


El aroma de Dios es el encargado de velar para que todo huela y sepa a Semana Santa.


Y en este círculo vicioso que es Sevilla, se nos presenta el arte cofradiero, también en tela. El arte magistral de idear el nazareno de Sevilla, el infinito caminante de sueños emprendidos durante su Estación de Penitencia. Se presenta pues, sevillanos y sevillanas, cofrades, amigos y amigas, el Nazareno hecho arte.


De mi amigo, Antonio Gila Bohórquez

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